miércoles, 25 de abril de 2007

Envidia sana

Fútbol del bueno: emoción, ritmo, protagonistas con nombres propios, goles; Kaká, Cristiano Ronaldo, Rooney, Pirlo, Milán, Manchester, Champions League. Palabras que suenan a gloria para los amantes de este deporte; envidia sana para los españoles, que observan cómo su rol de líder en los últimos años se ve superado por otros países que evolucionan a base de mucho trabajo y mucha pasión, por encima de convertir el balompié en un circo con el que vender camisetas y ganar dinero. Pero esto es la pescadilla que se muerde la cola. Si los equipos españoles no logran variar el rumbo, podrían comenzar a generar pérdidas. Para mantener el chiringuito hacen falta estrellas, y las estrellas quieren títulos. Ahora la garantía del éxito no está en el Real Madrid y empieza a perderse en el Barcelona. Inglaterra es el destino elegido. Cristiano Ronaldo no quiere moverse del cobijo de Ferguson; Kaká prefiere dormir junto a la falda de Berlusconi. Si queremos, podemos cerrar los ojos y practicar el chauvinismo más incipiente. Sería un error. Hay que variar el rumbo. Dejar de endiosar a los jugadores fuera del rectángulo de juego, exigirles trabajo, dedicación, profesionalismo puro. Jornadas laborales de al menos seis horas, con entrenamiento físico, táctico, técnico, sesiones de vídeo, consejos nutricionales.
Mientras que Manchester y Milán maravillaban a media Europa con un fútbol de altos vuelos, el Barcelona se batía el cobre con el gran Al Ahly egipcio para hacer caja y el Real Madrid sigue soñando con ganar la liga más pobre de la última década. Una lástima. Hoy Chelsea y Liverpool seguirán con una fiesta donde los equipos español ya no tienen cabida.

No hay comentarios: