El Barça resucita al Madrid...y a Capello

Estaba Fabio Capello preparando las maletas cuando a su colega Rijkaard le dio por hacerle un favor. Quizá pensó, ¿para qué vamos a provocar su cese si eso puede provocar una reacción más grande en el Real Madrid? Lo cierto es que, lejos de especulaciones mal intencionadas e irónicas, el sabio holandés está mostrando serios síntomas de locura transitoria, una locura que ayer se trasladó al terreno de juego del Camp Nou y que benefició el espectáculo futbolístico por encima de los intereses de su equipo. Ya lo dije la semana pasada cuando visitaron Anfield y vuelvo a repetirlo. Jugar con una línea de tres formada por Oleguer, Thuram y Puyol es un suicidio.

Y más cuando al 'bohemio camionero' le da por autoexpulsarse antes del descanso -aunque pudo hacerle un favor a la larga a sus compañeros-. El Barça salvó los muebles en el tiempo de descuento gracias aun gol de Leo Messi que impidió la victoria del Real Madrid (3-3), pero resucita a los blancos, que se enganchan a la Liga...y a Capello, que recupera algo de crédito. Ni Ronaldinho, ni Eto'o, ni Deco, ni Xavi...Tuvo que ser la magia de la 'pulga argentina' la que evitara una nueva debacle culé. Si Laporta es inteligente, debería olvidarse de los egos de Ronaldinho y Eto'o para atender al verdadero eje sobre el que se tiene que construir el Barcelona del futuro, que no es otro que Messi.

El Madrid pudo salir vapuleado en el primer tiempo y apalizar al Barça en la segunda. Porque al fútbol, cuando se le desprende de cualquier tipo de encorsetamiento, cuando te da lo mismo ocho que ochenta y haces 'lo normal', puede ser maravilloso, como diría Andrés Montes. Algunos puristas dirán que claro el partido fue bonito porque desde el punto de vista táctico fue calamitoso. Qué quieren que les diga, yo prefiero un 3-3 así que no un 0-0 made in Italy. Cuestión de gustos.